miércoles, 22 de enero de 2014

Sophrosyne


Etimológicamente remite a “sos”,  salud en el sentido de equilibrio y armonía. Y “phren”, mente. De modo que podemos traducirla como cordura o mente sana y equilibrada.
En la mitología, es un daimon o espíritu que representa la moderación, la templanza, la discreción y el autocontrol. Se creía que es uno de los buenos espíritus que escaparon a la caja de Pandora y huyeron al Olimpo.
En el pensamiento griego, la sophrosyne está encarnada en las dos frases más famosas del Oráculo de Delfos: “Nada en exceso” y “Conócete a ti mismo” que se opone directamente a la Hybris o exceso en la acción. La sophrosyne siempre está acompañada por la Phronesis (Prudencia: El pensamiento previo a la acción). En consecuencia quien comete hybris es a causa de su irreflexión, su precipitación e imprudencia. La virtud de la sophrosyne fue muy estimada por los griegos de tal modo que Platón dedica un diálogo a ella: El Cármide, que trata de evitar los excesos de la vida diaria. En la actualidad, como pone de manifiesto el psicólogo Daniel Goleman, la vida diaria del hombre moderno está asediada por noticias dadas en los medios de comunicación, que hacen referencia al aumento de la inseguridad y de la degradación de la vida ciudadana, fruto de la irrupción descontrolada de impulsos.


“Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del momento correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo” Aristóteles, Ética a  Nicómaco.

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